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¿Hoja o bolsa? Dos razones para disfrutar una buena taza.

El té es la segunda bebida más consumida en el mundo después del agua y tiene una historia milenaria, tan antigua como la cultura china. A lo largo de los siglos se ha pensado que era el secreto de la longevidad y ha sido una fuente de inspiración para muchos, tanto que se considera que su preparación es una verdadera forma de arte. Pero si en el pasado el té implicaba la infusión de las hojas directamente en agua caliente, hoy podemos prepararnos esta bebida utilizando el polvo de té en bolsa. ¿Cuál de las dos deberíamos elegir, se preguntarán ustedes? Nosotros les respondemos que son dos “escuelas de pensamiento” diferentes.

La historia de la bolsa es bastante reciente: nació en 1904, y era originalmente de seda. La inventó Thomas Sullivan, un importador de Nueva York con la intención de difundir la bebida también entre los pequeños distribuidores. Envió las bolsas a sus clientes como muestra para que decidieran el pedido, pero a todos les resultó natural sumergirlas directamente en el agua para probar su infusión. Así fue como nació la “tea bag”. Pero fue en 1950 cuando se creó la bolsa moderna: una empresa alemana desarrolló el diseño de la bolsa de doble cámara que garantizaba una infusión rápida y de calidad aceptable, ideal para quienes deseaban preparar una infusión pero no tenían tiempo para hacerlo según las reglas. Desde la década de 1970, una industria de Bolonia realizó importantes mejoras a la bolsa y hoy es la productora número 1 mundial.

Elegir si beber té en hojas o en bolsa significa decidir si dar más importancia a la velocidad y la practicidad, en lugar de a la pureza del gesto y del sabor. Es fundamental saber elegir el producto y saber qué hay dentro: el filtro, por lo general, contiene los polvos y las partes más finas de las hojas, y el tanino se libera en cantidades excesivas y muy rápidamente. Sería correcto, para disfrutar de un té casi en su naturalidad, optar por bolsas solo si dentro tienen hojas en trozos en lugar de en polvo.

La calidad de una infusión con hojas es sin duda mejor que la de la bolsa, en parte por el placer de ver cómo las hojas cambian de antes a después de la infusión, en parte por poder admirar el color, por sentir el olor y el aroma que emanan, porque se consigue dosificar la cantidad personal adecuada, pero sobre todo porque una vez disueltas en agua tienden a liberar en la infusión niveles más altos de antioxidantes y otros compuestos beneficiosos.

Utilizando pequeños filtros de metal es posible, por tanto, disfrutar del sabor y las propiedades del té al 100%, pero hay quienes son puristas y, como los antiguos chinos, dejan que las hojas bajen, suban y floten libres en el agua caliente. También George Orwell estaba convencido de que esta era la mejor práctica: en 1946 escribió un ensayo titulado “una buena taza de té”, en el que explicaba que el té “debe ponerse en contacto directo con la tetera, nada de bolsas u otros trucos que lo encierren”. Sin embargo, él mismo se apresuraba a recordar, “cuán complicada es la cuestión”, porque el rito del té necesita paciencia y cuidado. Una taza de esta infusión puede ser uno de los refugios más relajantes y agradables del estrés de la vida, pero puede volverse molesta, amarga, sin sabor, o puede perder sus propiedades si se prepara de la manera incorrecta.

Otra diferencia entre una infusión de té en bolsa y una infusión de té en hojas es que en la bolsa la hoja reducida a polvo da un sabor astringente, razón por la cual resulta natural añadir azúcar. Para los mejores tés no se necesita ningún endulzante, al contrario, añadirlo dañaría el sabor. 

Atención al agua que se utiliza en ambas infusiones: para la preparación del té el agua debe ser ligera y tener un bajo residuo fijo. La diferencia entre dos tés iguales infusionados en aguas diferentes es enorme: cuanto más pesada y rica en minerales sea el agua, más turbio y plano será el té.

Nosotros de Spaghetti & Mandolino nos preocupamos por la calidad del té y tenemos para ustedes algunos nuevos productos distribuidos por una realidad muy interesante: Altromercato, la principal organización de comercio justo presente en Italia que realiza prácticas de economía solidaria con el fin de un desarrollo sostenible. Los tés de Altromercato provienen de cultivos en India y Sri Lanka, algunos de los cuales son orgánicos. Les invitamos a apreciar su calidad, bebiendo una sabrosa taza de té negro, verde o blanco. Obviamente, prestando atención al rito de la preparación, porque les recordamos: “es una cuestión complicada”.
 

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