Crujiente, dulce, fragante: el pimiento crusco é una de las excelencias gastronómicas italianas más sorprendentes e irresistibles. Un producto simple, nacido de la tradición campesina (aqui hemos hablado en detalle de las orígenes del pimiento crusco), capaz de transformarse en un auténtico símbolo de un territorio. Pero, ¿cómo nace esta delicia? ¿Y qué secretos encierra?
El pimiento crusco se obtiene de la variedad local de pimientos dulces, en particular el "Pimiento de Senise IGP", cultivado en la región de Basilicata, sobre todo en los municipios que se asoman al río Sinni.
La producción é un verdadero ritual:
Los pimientos se recolectan a mano durante el verano.
Se ensartan con aguja e hilo en largas cadenas llamadas "serte".
Colgados para secar al sol, se deja que se sequen de forma natural durante varias semanas.
Una vez secos, los pimientos se fríen brevemente en aceite hirviendo: es aquí donde se obtiene la inconfundible consistencia "crusca", o sea, crujiente.
Esta tradición tiene sus raíces en la necesidad campesina de conservar las verduras más allá de la temporada de verano, transformándolas en un bocadillo o en un condimento listo para usar, que hoy en día sigue siendo protagonista de la cocina lucana.
A diferencia de muchos pimientos secos, el pimiento crusco é dulce y delicado. ¡Perfecto para aquellos que no aman lo picante!
El término "crusco" deriva del sonido crujiente que se escucha al morder o romper el pimiento frito: una característica única que estimula la vista, el oído y el gusto.
El pimiento crusco se puede picar solo, desmenuzar sobre pastas, pizzas, platos principales o usar para enriquecer ensaladas y sopas. Un ingrediente extraordinariamente versátil.
En Basilicata, el pimiento crusco no é solo comida: es identidad cultural. É presente en fiestas, festivales populares, recetas tradicionales e incluso como decoración gastronómica.
El "Pimiento de Senise IGP" está protegido por un reglamento preciso que garantiza su origen, calidad y métodos de producción tradicionales. Una garantía de excelencia reconocida a nivel europeo.
Si amas el pimiento crusco, hay otros productos que pueden recordar algunas de sus características en sabor, textura o proceso de elaboración.
Pequeños pimientos verdes gallegos, a menudo fritos y servidos como tapas. No están secos, pero comparten el concepto de un bocadillo crujiente.
Secos y a menudo utilizados enteros o desmenuzados. Más picantes que el crusco, pero similares en conservación.
También en Abruzzo existe una tradición de secado de pimientos dulces, utilizados principalmente en la "pasta a la guitarra".
Pimientos jalapeño ahumados y secos. Muy diferentes en sabor (ahumado y picante), pero similares en el concepto de larga conservación.
Aunque son otro tipo de hortaliza, los tomates secos comparten la filosofía de secado natural y su uso como ingrediente concentrado y rico en sabor.
El pimiento crusco (aqui puedes comprar el pimiento crusco para tus aperitivos) é mucho más que un bocadillo o un condimento: es un relato de tradiciones, de sol, de campos dorados y manos sabias. Cada bocado crujiente é un viaje por la Basilicata más auténtica, aquella que custodia sus sabores con orgullo y pasión.
Un producto que merece ser conocido, amado y llevado a nuestras mesas como símbolo de la riqueza oculta de la cocina italiana.
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