Nos encontramos en la cima del Monte Orfano, cerca del Convento de la Santísima Anunciada: aquí, en un punto excepcional del panorama bresciano, tiene su sede la Bodega Bellavista, un lugar de producción vitivinícola pluricentenaria que actualmente alberga uvas Chardonnay al 100%. Con vista al lago de Iseo, el Convento está inmerso en un ameno contexto colinar, a aproximadamente 450 metros sobre el nivel del mar, y desde la mitad del siglo XV es un landmark histórico del municipio franciacortino de Rovato, visitable hoy en día a través de los recorridos guiados organizados por la propia Bodega Bellavista.
Intentando no dejarnos llevar por el paisaje, en esta entrevista nos centraremos en el tema de la sostenibilidad, hablando de ello junto a Alessio Planeta, fundador de la bodega del mismo nombre y miembro del consejo directivo de la asociación SOStain Sicilia.
La asociación nació hace dos años, con el objetivo de promover la ética de la sostenibilidad en el ámbito territorial siciliano: para lograrlo, era importante crear una red de productores dispuestos a seguir reglas de conducta precisas, resumidas en diez principios de SOStain. Modernamente, no basta con apuntar al concepto de "orgánico", es toda la cadena de producción la que debe adaptarse a los estándares más recientes, tomados de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible.
Un ejemplo concreto que refleja los esfuerzos en este sentido es la voluntad de realizar una botella completamente siciliana, reutilizando el vidrio en un camino virtuoso de recuperación de materias primas: se llegará al 96% de vidrio reciclado.
Actualmente están involucrados en el proyecto veintiséis productores, entre ellos Giuseppe Bursi, presidente de las Cantinas Settesoli, Letizia Russo de Mezzocorona, Arianna Occhipinti, que no necesita presentación, y el presidente Alberto Tasca, director general de Tasca D'Almerita.
El decálogo al que nos atemos se refiere en primer lugar al respeto de al menos un reglamento de producción sobre la ecosostenibilidad. Nuestras empresas no practican el deshierbe químico, permiten que la biodiversidad prospere, utilizan materiales biodegradables o reciclables para las nuevas parcelas de cultivo, empleando materias primas locales: a todos los adherentes se les solicita el monitoreo de los indicadores relacionados con las emisiones de dióxido de carbono, el consumo de agua dulce utilizada en general y para la producción de botellas de 0.75L, el uso del suelo y la bondad de las prácticas agronómicas.
Si quisiéramos profundizar en los aspectos técnicos del proyecto, también habría que considerar el consumo de energía por litro de vino producido, que debe ser inferior a 0,7 kW/h, o el peso medio de las botellas de vino producidas, que debe estar por debajo de los 550g/0.75L. Cada uno de estos parámetros debe ser incluido en un informe anual, un gesto de transparencia que testimonia el compromiso de las empresas a favor de la sostenibilidad ambiental.
En Sicilia hemos organizado road shows, que se acompañan de seminarios y de la comunicación online de nuestros sitios web: todo esto, sin embargo, no basta para involucrar a las nuevas generaciones, que deben llegar a tocar con sus manos la belleza de la atmósfera que se respira en lugares como este. La mejor manera de conocer una bodega es visitarla, al final. O escuchar un buen pódcast que hable del mundo del vino.
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