¿Cómo conservar un vino espumoso en la bodega?

Pronto llegan las fiestas y todos tendremos en la bodega un poco de espumosos para brindar con amigos. Para los italianos, el Spumante se está convirtiendo en uno de los productos más consumidos y buscados, tanto que muchas bodegas han decidido aventurarse en la producción de estos vinos incluso utilizando uvas normalmente destinadas a vinos tranquilos. Luego, la tradición de nuestro país se enriquece con realidades significativas de territorios vocacionados que están ofreciendo resultados más que satisfactorios en los mercados nacionales e internacionales. Entre todos, el Prosecco que se ha convertido en sinónimo en el mundo de espumante italiano. Luego la Franciacorta y el Trento DOC. Pero no debemos olvidar el área de los Pinot Neri del Oltrepò Pavese y los muchos productores del sur que están ofreciendo al consumidor vinos de rara frescura y agradabilidad.

¿De pie o acostadas? La presión y el CO2 que contienen nos permiten mantenerlas de pie por un período máximo de un año ya que el corcho no tiende a secarse. Pero no lo hagan para largos afinamientos. Si no las usan de inmediato y desean probar la euforia o el riesgo, de un envejecimiento en su bodega. Entonces es mejor colocarlas en posición acostada para mantener húmedo el corcho. La mejor solución sería colocarlas boca abajo en los pupitres, los famosos caballetes de madera que se utilizan para el remouage. ¡Pero no todos tienen esto en la bodega!

¿Temperatura? No las dejen en la cocina sobre un mueble, al calor y a los olores (en el vino, olores) de su casa. Manténgalas en la bodega a una temperatura de 10 – 12°C. Eviten excesivos cambios de temperatura. ¿Humedad? Límite mínimo 50%, máximo 70%. 

Evitemos los intrusos como embutidos y quesos en la bodega. Podríamos tener desagradables sorpresas en el momento de la degustación. Sensaciones lácticas inesperadas, olores a moho que dejan sin palabras. Y no podemos culpar a quien pensó en el vino con el corazón! 

Fabio De Vecchi