/ Nuestra revista / Espárragos y huevos: el sabroso plato de primavera.
/ Nuestra revista / Espárragos y huevos: el sabroso plato de primavera.
¿Quieres un segundo plato rápido de preparar pero sabroso? ¿Un segundo plato que utilice las verduras de temporada y que sea también saludable? La respuesta es sin duda un buen plato de espárragos y huevos.
Los espárragos son una verdura que no le gusta a todo el mundo, pero que, para aquellos a quienes les gusta, es una verdadera primicia. Recolectado exclusivamente a mano en el período que generalmente va de finales de marzo a junio, el espárrago es una planta rica en propiedades beneficiosas.
Cultivados en la cuenca del Mediterráneo y en Asia Menor desde hace más de dos mil años, los espárragos pueden ser utilizados para preparar muchas recetas, aunque, en realidad, la combinación que nos viene a la mente es definitivamente la de huevos y espárragos. Vamos a conocer a nuestros protagonistas un poco más de cerca.
Los espárragos son ricos en fibras vegetales, sales minerales, ácido fólico y vitaminas. Además, los espárragos contienen altos niveles de glutatión, una sustancia que favorece la depuración del organismo, mejorando su capacidad para liberarse de sustancias dañinas.
La propiedad más famosa de los espárragos, sin embargo, es sin duda la diurética, que permite expulsar las impurezas presentes en el organismo.
En resumen, los espárragos son un verdadero concentrado de bienestar, ¡además de ser buenos! Los espárragos pueden ser verdes, blancos, rosas o morados, cada variedad con sus matices de sabor y textura. ¡Elige tu favorita!
¿Y qué tal de los huevos? Los huevos son un alimento de gran valor nutritivo: ocupan el primer lugar en la escala de los alimentos de alto valor biológico porque proporcionan aproximadamente 7g de proteínas que contienen todos los aminoácidos esenciales, además de contener una gran cantidad de vitaminas, en particular A y E, que ejercen una acción antioxidante. En cambio, la vitamina C está ausente.
El huevo es rico en sales minerales como el fósforo, necesario para la formación de los huesos. Es una buena fuente de zinc, un mineral esencial para el buen funcionamiento del sistema inmunológico. Las grasas constituyen aproximadamente el 10% del contenido del huevo, y de estas el 70% son lecitinas, necesarias para mantener la elasticidad de las arterias.
Espárragos y huevos son una combinación realmente ancestral. La forma llamada "a la Bismarck", es decir, espárragos frescos escaldados y acompañados con un huevo frito, mantequilla derretida, queso grana rallado y un poco de pimienta, sería conocida ya desde los tiempos de la antigua Roma. Según Plutarco, incluso Julio César los habría probado así en la casa milanesa de Valerio Leonte, "aderezados con mantequilla en lugar de aceite".
Pero, ¿por qué se llaman "a la Bismarck"? El general Otto Von Bismarck, el canciller del Segundo Reich alemán, amaba mucho los huevos fritos y llegaba a comer hasta 12 al día, sobre todo en combinación con otros platos. Por lo tanto, con este nombre se indica más una costumbre histórica de combinar, no algo específico.
Sin duda, sin embargo, espárragos y huevos fritos es una costumbre no alemana, sino toda italiana. Algunas fuentes indican que la historia de este plato comenzó geográficamente en las campañas lombardas, pero temporalmente no lo sabemos, aunque, efectivamente, se conservan rastros que datan de la antigua Roma.
Los huevos probablemente han sido uno de los primeros ingredientes utilizados por el hombre, pero es más interesante conocer la historia de los espárragos.
Los espárragos, originarios de Asia occidental, ya eran cultivados por los antiguos egipcios. Los que se cultivan hoy, más difundidos en comparación con los silvestres, pertenecen a la familia de las Liliaceae, género Asparagus, especie officinalis.
Hoy en día, Italia es el tercer productor de espárragos en Europa, con algunas excelencias territoriales como el espárrago blanco de Bassano del Grappa, el espárrago blanco de Cimadolmo I.G.P. o el espárrago verde de Altedo I.G.P.
Antes de cocinar huevos y espárragos, primero deberás limpiar los espárragos. ¿Cómo hacerlo? Nada más simple: primero se deberá cortar la base de los espárragos, generalmente alrededor de 5 cm, y luego eliminar con un cuchillo pelador, de abajo hacia arriba, la corteza externa del espárrago, más dura y filamentosa, a menudo incomible incluso después de la cocción.
¡Hecho esto, podemos comenzar a cocinar!
Una vez lavados y limpios los espárragos, deben ser hervidos ligeramente, no hasta cocción completa porque sería mejor darles un paso por la sartén para hacerlos un poco más crocantes.
La olla ideal sería la pensada especialmente para la cocción de espárragos, es decir, alta y estrecha para que los tallos se hiervan y las puntas, la parte más tierna y suculenta, se cocinen al vapor.
Mientras esperas que los espárragos cocinen, prepara los huevos, duros, en poché o al frito, con los cuales luego se servirán los espárragos. Una vez que se hayan vuelto suaves, retira los espárragos del agua y colócalos en una sartén para darles un toque de crocancia adicional.
Ahora puedes salpimentar al gusto y servir junto con los huevos, si lo deseas, con un espolvoreado de Grana Padano y de pan rallado y tal vez añadiendo un suculento vinagre balsámico de Modena IGP.
Espárragos y huevos están listos para disfrutar: aquí tienes un plato rápido y sabroso que llevará a tu mesa las mejores verduras de temporada. En Spaghetti&Mandolino encontrarás espárragos y huevos, pero también muchos otros productos increíbles y golosos que tienen como protagonista esta verdura.
¿Qué esperas? ¡Corre a probarlos ahora mismo!
Ilaria Chesini
S&M
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