El 25 de abril y el 1° de mayo son dos fechas siempre esperadas con impaciencia por los italianos. Dos festividades que aportan un valor histórico y moral notable: la Liberación de la opresión nazi y el día que celebra el Trabajo. Dos fechas imprescindibles para todos los italianos que no pueden olvidar por un lado y valorar por el otro. Por otro lado, también es el anticipo de la primavera y del tiempo de descanso. El aire fresco de abril nos acompaña a lo largo de estas dos jornadas que, también este año, se benefician de un bonito “ponticino” que, digamos, no le hace mal a nadie.
La tradición secular del pueblo italiano, con sus varias declinaciones regionales, hace que se aproveche este tiempo para el llamado “fuoriporta”. Un tiempo que antes dividía las ciudades de las “adversidades” externas eran las puertas en las murallas, hoy, más simplemente, se encargan de dividir los espacios abiertos del campo, de las playas aún vacías y de las colinas verdes que vuelven a oler a naturaleza. Pero, ¿qué se hace durante un fuoriporta en familia o con amigos? ¡Obviamente se organiza un picnic! Y, en este tiempo de invasiones gastronómicas, surgen ideas y propuestas de todo tipo.
Nosotros de Spaghetti & Mandolino queremos tentarles con un regreso a la pura tradición, la de la mítica barbacoa humeante. Lo haremos proponiéndoles una serie de productos para alegrar al máximo su mediodía de “fuego”, que no será solo de carnes. Como aperitivo delicioso, comenzamos con un buen crostón de pan casero de patatas de nuestro Forno Maria Rosa Vittoria en Molise. Dejamos dorar bien el pan a la parrilla y luego hacemos que gotee un buen Aceite Extra Virgen de Oliva. Frotamos un poco de ajo encima si les gusta. Tomamos entonces Tomatitos del Piennolo del Vesuvio DOP en Pacchetta y los colocamos sobre el pan caliente. Si tienen orégano fragante para sazonar, aún mejor.
Pasamos entonces directamente a las carnes a la brasa y hacemos un trío a base de Luganega, Salchicha fresca y Carne salada a la trentina. Todos son productos, nuevos en Spaghetti y Mandolino, del antiguo Salumificio Pavoncelli que hemos elegido por su tradición y calidad. La carne salada es un producto que pueden cortar y degustar tanto crudo (excepcional su cremosidad en el paladar), como en rodajas y asada a la brasa: ¡no podrán evitar un “wow” de placer!
Para no perder la frescura de las verduras, les recomendamos asar algunas cortadas en rodajas mediamente delgadas: pimientos, berenjenas y calabacines. Para quienes aman el queso a la brasa, nada mejor que una rodaja de Scamorza Dulce o Ahumada de al menos un centímetro de grosor asada a la parrilla. Si hay un buen sol, sería excelente acompañar con un buen Prosecco Valdobbiadene Conegliano DOCG o un buen Valpolicella Clásico DOC especiado.
La fantasía fuera de casa es lo que nos distingue como italianos “gastronómicamente”. Una cualidad que todo el mundo nos envidia.
Bernardo Pasquali
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