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La Tenuta Maraveja se encuentra en una posición privilegiada, por el sugerente entorno paisajístico entre las colinas Berici, y se extiende en seis hectáreas de terreno, de las cuales cuatro están destinadas al cultivo de la vid. Sus vinos cuentan historias bellísimas, son un binomio perfecto entre el hombre y la naturaleza donde la esencialidad representa el corazón de una filosofía, de un pensamiento. Para entender esto a fondo hay que caminar con Gildo Gennari, el alma de la Tenuta Maraveja, entre las viñas y los surcos, y detenerse en silencio frente a un panorama exaltante que ofrece atardeceres inolvidables sobre las pequeñas Dolomitas.
Las variedades para las uvas tintas son Merlot y Cabernet Sauvignon mientras que para las uvas blancas exclusivamente Garganega. La intensidad de las vides por hectárea varía entre 5,000 y 5,680: la alta densidad obliga a las plantas a ir en profundidad con las raíces para encontrar el sustento adecuado, necesario para hacer madurar lo mejor posible los frutos, por lo que no se utiliza riego artificial, solo la potencia penetrante de las raíces. Gildo quiso que la viña se apropiese, así, de su espacio, su tierra, sus rocas. El cubrimiento vegetal es total, la tierra respira la total naturalidad de un ambiente liberado. El Tovo Marino, una mezcla estratificada de areniscas prehistóricas combinadas con caliza y arcilla, representa el fondo especial de las tierras bericas. Una tierra que le permite descansar al agua y liberarla para las pequeñas raíces de la viña.
Gildo en esta tierra inmaculada produce vinos increíbles, nobles por naturaleza y rebeldes por elección. Variedades internacionales como Cabernet Sauvignon, Cabernet Franc y Merlot entrelazan sus destinos con antiguas viñas de Garganega y Tai Rosso. Las uvas se dejan madurar pacientemente en planta: sin prisa. Gildo las espera en el mejor momento, cuando han recogido toda la fuerza expresiva de la tierra en la que nacieron.
Una enología simple y ancestral: la Tenuta Maraveja ofrece al consumidor vinos atemporales, con una capacidad extraordinaria para perdurar en el tiempo. Beber los vinos de Gildo significa escuchar el curso de una naturaleza salvaje que se ha ocupado de la viña y de sus uvas. En la bodega solo queda el respeto por todo ese trabajo, la tenuta es un lugar de acogida y sonrisas, donde también pueden encontrar un cálido Bed & Breakfast.
¿Vinos BIO? Ciertamente y aún más, pero para la ley italiana, una vez que se solicita la hojita verde, se deben esperar 5 años de conversión. Así que aún se necesita un poco de paciencia. Gildo, desde este punto de vista, podemos definirlo, con razón, un "fundamentalista" de la naturaleza!