/ Productos típicos / Quesos / Quesos alpinos / Productos típicos / Quesos / Quesos alpinosPastos de alta montaña, flores luminosas, hierbas aromáticas, cardos y largos líquenes son la comida ideal de las vacas de pastoreo. Más allá de los 1000 metros y también más, hasta llegar a la Valtellina más antigua superando los 2000 metros de altitud. De estos forrajes tan puros y ricos nacen los quesos de pastoreo. Producidos solo en los períodos de pastoreo estival, de mayo a septiembre antes de la transhumancia hacia la colina o la llanura. Los quesos de pastoreo son raros, únicos, increíblemente sabrosos y coloridos. En algunos casos tan amarillos que parecen pintados. Ricos en caroteno y en aromas provenientes de los forrajes. Son los más adecuados para la maduración y por lo tanto normalmente los encontramos en pasta dura y con algunos meses de afinamiento en las grutas.
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El queso hecho en las montañas es más sano y sabroso. Pruebe nuestros d&' quesos de pastos de montaña: raros, únicos, increíblemente
sabrosos y coloridos.Comer un queso de pasto significa sumergirse en los lugares más hermosos de nuestra Italia más ancestral y pastoral. Una experiencia única, emocional, impredecible que te llevará a saborear las mejores obras de arte culinarias italianas. El queso de pasto es un arte que se transmite de generación en generación y se produce en los más fascinantes paisajes naturales locales que hacen que este delicioso alimento sea único y exclusivo.
El queso proviene de la leche ordeñada de vacas criadas en las malghe de montaña donde la naturaleza y la paz reinan supremas. El secreto detrás de la unicidad de este producto es precisamente la malga, que permite a los animales desarrollar su musculatura y disfrutar de una mejor salud circulatoria y pulmonar. El típico sabor amargo de estos quesos te permite disfrutar plenamente de su excepcionalidad, un sabor único que no encontrarás en ningún otro queso.
El queso de pasto mantiene todos los beneficios de la leche, en particular es fuente de proteínas de alta calidad y minerales aliados de la salud ósea (en particular el calcio). El queso producido de leche de vacas alimentadas al pasto permite obtener características organolépticas y nutricionales superiores a las de la leche de llanura.
El pasto, de hecho, permite aumentar el perfil ácido de la leche, especialmente aquellos grasas mono y poliinsaturadas que actúan positivamente en el metabolismo y nuestro bienestar. En particular, están presentes ácidos linoleicos conjugados, omega 3 y omega 6 que representan los llamados ácidos grasos esenciales para nuestro organismo. Nuestro cuerpo, de hecho, no contiene enzimas capaces de auto-sintetizarse, enzimas que, en cambio, están presentes en el rumen de los bovinos.
El queso obtenido en pasto permite mantener intactas estas características que mejoran nuestro sistema inmunológico y contribuyen a una mayor sensación de saciedad. Los ácidos linoleicos conjugados presentes en los quesos de pasto son famosos por sus propiedades antioxidantes, por su función positiva frente a la arteriosclerosis y por su capacidad de reducir la cantidad de grasa corporal aumentando la masa magra.
La cantidad de estos ácidos depende de la raza del bovino, de su régimen dietético, de la altitud, de la temporada de producción, de las prácticas de elaboración y de la duración del curado.
Nuestros quesos de pasto tienen una alta concentración de estos ácidos precisamente porque son producidos por artesanos maestros y guardianes de todos los secretos relacionados con la elaboración de este alimento tan refinado.
A menudo te habrás topado con estas dos tipologías de queso preguntándote qué las diferencia realmente. Con el término pasto se identifica la actividad agrícola y zoogeográfica que se lleva a cabo en las malghe de montaña durante los meses de verano. Podrías pensar que la malga es un lugar fijo, pero en realidad es un conjunto de factores fijos y móviles en los que se lleva a cabo la actividad de montaña. El pasto comienza con la subida, es decir, el ascenso al pasto, que se realiza entre finales de mayo y mediados de junio y termina con el descenso, es decir, la bajada a la llanura que ocurre a finales de septiembre.
La tradición enseña que el queso de pasto se produce directamente en el alpeggio para mantener las características únicas que distinguen la vegetación presente en ese lugar específico, mientras que el queso producido en la quesería será más uniforme ya que proviene de diferentes pastos. Una curiosidad interesante es el hecho de que los quesos de pasto solo pueden ser producidos en verano, las características de estos quesos son completamente diferentes en comparación con los comerciales, tanto en términos de gusto y frescura como en términos de calidad y origen.
La montaña saca fuera tus emociones más auténticas, el queso de pasto encierra todas estas emociones en un alimento único e imprescindible para nuestro bienestar diario.
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